Constantemente las empresas y con ellas sus equipos logísticos se preguntan a diario cómo ser mejores y más competitivos sin tener con ello que sacrificar ni la calidad, ni la productividad y mucho menos la rentabilidad, en últimas lograr la eficiencia logística. Esta fue una de las temáticas tratadas por Maximiliano Jiménez Arbeláez, director general del Centro de Logística e Innovación del Georgia Tech Panamá durante Expologística 2015. Para Jiménez, esa cuestión se debe afrontar desde tres frentes: el primero, los costos logísticos para la competitividad; el segundo, los tipos de transportes emergentes; y el tercero, las formas para mejorar esa eficiencia y competitividad en las empresas.
Los costos del transporte y logística en Estados Unidos en el valor del producto final están entre un 8% y 10% mientras que en los países latinoamericanos pueden llegar a ser superiores al 44%, es decir, una gran desventaja competitiva que según Jiménez requiere de rápidos cambios. Ahora, muchos se preguntarán qué se puede ganar mejorando estos costos. La respuesta es sencilla: mayor calidad en el servicio y por ende mayor confianza. De esta forma, si hay mayor confianza y mejor servicio se incentivan las ventas. Con más ventas se requiere de mejores sistemas de transporte de mercancías. En últimas se le genera al cliente final un valor adicional, gracias a una cadena de suministros sincronizada: una cadena de valor.
Para ello se deben considerar tres factores decisivos en la logística del mañana. Estos son: los altos índices de conectividad a la red, el internet de las cosas (dispositivos y sensores que se hablan el uno con el otro) y la computación en la nube y big data (análisis de la información en tiempo real). Todos y cada uno de ellos implican retos diferentes, porque más que factores son revoluciones que dependen, según Jiménez, de nosotros hacer que jueguen a favor o no de nuestra empresas a nivel logístico, ya que implican superar varios retos como la falta de estándares operativos, de softwares aplicados, de confianza, además de que no está claro el retorno de la inversión y las regulaciones gubernamentales no avanzan con la velocidad necesaria. En últimas, para mejorar en transporte y logística se requiere de chispa, inventiva y creatividad, para adoptar todas las nuevas tecnologías a la forma cómo se optimizan las empresas.
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